DAVID

King David Harp

“Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él”. 1 Samuel 16: 18

Me impresiona el testimonio que da este criado de Saúl acerca de David. Comienza describiendo su genealogía, resulta que era biznieto de Rut y Booz. Era músico, seguramente practicaba el arpa mientras pastoreaba los rebaños de ovejas de su padre Isaí. Era vigoroso, fuerte, musculoso, fornido. Además, era hombre de guerra, tenía todas las cualidades que Saúl buscaba en los jóvenes que reclutaba como parte de su ejército. Pero, por sobre todas aquellas cualidades, y tal vez la más admirable era que Jehová estaba con él. Esta última cualidad fortalecía su personalidad delante de los hombres, porque tenía el Sello de Aprobación garantizado; Jehová estaba con él. Sus cualidades físicas y espirituales le hacían destacarse de entre sus siete hermanos; él era diferente.

Dios le fue preparando desde que nació para su llamado ulterior, ser Rey de Israel. Fue pastor de ovejas; las protegía y defendía de todos sus enemigos. Ese trabajo en el campo seguramente favorecía el que desarrollara su musculatura, buen juicio e instinto guerrero. Debía haber tocado el arpa frecuente y socialmente, para haber sido reconocido como buen músico por el criado de Saúl. Prudente en sus palabras indica que era juicioso, no impulsivo, ni murmurador; era inteligente, sabio y los demás lo podían notar. Un joven con unas cualidades especiales que se hacían sobresalir entre los demás jóvenes contemporáneos con él y aun entre sus hermanos.

Luego de su ungimiento, cosas extraordinarias comenzaron a sucederle. Dios le pone en la mente del criado de Saúl. Saúl envía mensajeros a su casa, para que su padre le autorice a reunirse con él. Su padre le envía. La conducta, los dones y el carisma sobrenatural que brillaban en David, le ganan el amor de Saúl, quien lo convierte en su paje de armas, su escudero. Todos esos eventos permitieron que David estuviese constantemente al lado de Saúl, aprendiendo a ser administrador del reino, guerrero y rey. Saúl, sin saberlo, adiestró a David, su sucesor y lo hizo con agrado porque Dios no le descubrió sus planes para con él.

El rey Saúl preparó a David. David supo aprovechar el tiempo que estuvo a su lado, sin títulos, sin aires de grandeza, sin arrogancia. David fue enseñable, obediente y humilde ante los ojos de Saúl. Y años más tarde, David es convertido en rey de Judá y siete años más tarde es convertido en Rey de Israel.

Dios permite que situaciones “extrañas” o inusuales nos lleven a lugares a los que ni en sueños imaginamos llegar. Durante el proceso nos va enseñando, instruyendo. Si estamos apercibidos, aprenderemos todos los detalles de nuestra próxima misión o llamado, sin siquiera saber que Él nos está capacitando para ello. Luego nos sacará de nuestra casa para llevarnos al lugar que ha preparado. Nos faltan cosas por aprender. Entonces, una vez estemos capacitados, nos entregará la tierra que hemos de administrar, las “ovejas que hemos de pastorear”, el reino que tendremos que mantener y por el cual daremos cuentas a Él.

Bien dicen las Escrituras: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su propósito son llamados”, Romanos 8: 28. Así que estad prestos porque, “Jehová cumplirá su propósito en mí”, Salmo 138: 8.   

¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!

En el amor de Jesús,

Maribel Román Santiago©

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