QUITA LA PIEDRA



QUITA LA PIEDRA

“Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro.  Era una cueva y tenía una piedra puesta encima.  Dijo Jesús: Quitad la piedra.  Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.  Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?  Juan 11: 38 - 40

“Quitad la piedra”, dijo Jesús, cuando estaba parado frente a la tumba de Lázaro, su amigo amado.  Quitar la piedra significaba remover el obstáculo que se interponía entre Jesús y el difunto Lázaro.  Pero, Jesús no veía un muerto.  Jesús veía a su amigo, con quien en breves minutos volvería a compartir, tomarse una tacita de café, o comerse un emparedado.  Él veía lo que nadie más podía ver.  Aún Marta, a quien Jesús había corregido porque siempre estaba afanada, se interpuso entre Lázaro y su milagro.  El milagro no era necesariamente para Lázaro, quien ya estaba descansando en el seno de Abraham.  El milagro era para todos los que allí estaban, para los que habrían de oír acerca de lo que allí ocurrió.  Para nosotros, los que leemos en la Palabra inspirada por Dios, acerca de aquellos recuentos de eventos pasados que aun hoy tienen vigencia transformando e impactando corazones…  Sí, Jesús, en unos instantes resucitó a Lázaro.  Para que esto ocurriera, primero tenían que “quitar la piedra”.  En ocasiones Dios tiene un milagro esperando por nosotros, pero en nuestra laxitud y frivolidad, le ponemos tantos obstáculos al Señor que el milagro no se realiza.  Hay milagros en los que tienes que moverte, seguir instrucciones, tomar un medicamento, caminar unos pasos, hacer algunas gestiones, para que entonces el milagro que estás esperando se realice.  En cambio hay otras ocasiones en que Dios le place simplemente, decir la palabra y el milagro ocurre.

Dios  resucitó a Jesús de entre los muertos y no hubo necesidad de que nadie moviera la piedra.  Él mismo la quitó con su voz, con su mandato, con su poder, con su amor.  Porque simplemente, él es Dios.  

En la vida habrá ocasiones y ocasiones.  Ocasiones en las que tendrás que “quitar la piedra”, para ver tu milagro realizado.  En otras, Dios mismo la quitará sin mayor esfuerzo que el tú creer.  Porque de eso se trata… creerle a Dios.

¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?  Quita la piedra, cree y Dios hará…

¡Dios te bendiga rica y abundantemente!

En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©
  




Todos los derechos son reservados de la autora. Si desea fotocopiar, transferir, citar, publicar, o usar cualquier medio de comunicación para el uso de este mensaje, deberá solicitarlo a la autora y usar su nombre; no violentando los derechos de autor de la misma. Dios le bendiga rica y abundantemente! maribelromansa@gmail.com Visita mis otros blogs: http://eslpr.blogspot.com/ http://poetrybooklet.blogspot.com/

Comentarios

Publicar un comentario

Nos gustaría conocer tu opinion:

Entradas más populares de este blog

La Palabra de Dios es Fiel y Verdadera

ALMAS TURBADAS