BENDICIONES

BENDICIONES

“Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho”. 1 Samuel 1: 17

“Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová. Y se volvieron a su casa. Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová”. 1 Samuel 2: 21 – 22

A través de todas las Sagradas Escrituras aparece la palabra bendición. Aparece como nombre, verbo y adjetivo. La forma gramatical que más me gusta es cuando es empleada como verbo, porque verbo es acción. Y anhelo recibir la bendición de Jehová en acción para mi casa, para mi vida.

Todo lo que dice la Escritura es y confirma el poder de nuestras palabras. Usar las palabras correctas en el momento correcto y con las personas correctas. Siempre que se usa la palabra bendición en acción, o sea como verbo, Dios honra la acción sobre los cuales es emitida la palabra.

Ana recibió la bendición emitida por el sacerdote Elí, cuando lloraba ante la presencia de Jehová, clamando por un hijo que anhelaba más que nada en su vida. Al año acunaba y amamantaba a su hijo. Luego reciben ella y su esposo otra bendición de parte del sacerdote, y Dios les regala cinco hijos más; honrando el cumplimiento de la promesa de dedicar su primogénito a Jehová.

Ana deseaba ser madre y si Dios le concedía ese regalo, era suficiente para ella. Su promesa a Dios era entregarlo al servicio de la Casa de Jehová. Dios la bendijo y ella honró su promesa a Dios. Llevarle una túnica cada año, cuando le podía ver y visitar, llenaba su vida. Me imagino que pasaba el año tejiendo e imaginándose cuánto su niñito había crecido, para hacer la túnica de acuerdo a su estatura. ¡Qué amor de madre! ¡Qué amor a Jehová! Dios la honró y la bendijo en su simiente.

Abraham bendijo a Isaac. Isaac bendijo a Jacob. Jacob, luego de pelear su bendición con el Ángel de Jehová durante toda una noche y ser llamado Israel, bendijo a José, Efraín, Manasés y sus hijos; y fueron benditos ellos y sus descendientes.

Jesús, fue bendecido desde que estaba en el vientre por Elisabet, la madre de su primo Juan el Bautista. “y exclamó a gran voz y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre”.

Lo que bendigamos será bendecido. No usemos las palabras por costumbre. Usemos las palabras con autoridad. “Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis” Romanos 12: 14. Usemos las palabras de acuerdo a la autoridad que hemos recibido de lo Alto.

Cuando bendigas, hazlo de corazón y no por costumbre. Verás cómo la Mano de Dios, hará el resto en aquellos a quienes bendigas. Cree en el poder de la palabra bendición y comienza a bendecir a tu alrededor. Y recibirás bendición.

¡DIOS TE BENDIGA!

¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!

En el amor de Jesús,

Maribel Román Santiago©

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