ALMAS TURBADAS
Post-Modernismo |
ALMAS TURBADAS
“Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma?” Juan 10:24
¡Él los sacó de carrera! “¿Hasta cuándo
nos turbarás el alma?”, decían los judíos a Jesús (Juan 10: 24). Los judíos
hablaban de un Dios que no conocían y con el cual no tenían una relación.
Jesús, les “turbaba el alma”, porque no querían reconocer al Hijo del Dios Viviente.
No importaban cuántas señales Jesús había hecho, aquellos religiosos de la época
no podían ni querían reconocerle, ni permitían que los demás le reconociesen como
el Unigénito Hijo de Dios. Pero había algo que les “turbaba el alma”, las
Palabras, la Autoridad, la Unción y el Poder de Jesús. Les turbaba el alma,
porque sus caminos estaban corrompidos, desviados, alejados de la Verdad. Como
Jesús dijo, “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Mas ellos no quisieron conocer la Verdad, por
eso se les “turbaba el alma”.
Alma es la esencia, el espíritu, ánimo,
voluntad, espectro, sombra, aliento, corazón, conciencia, viveza, fuerza, vida,
inteligencia, entendimiento, mente, juicio, reflexión, persona. Alma tiene
muchos sinónimos, pero la Palabra tiene un solo propósito para el que se pierde,
“turbar su alma”. Turbar es, trastornar, alterar, desorganizar, agitar,
alborotar, interrumpir, revolucionar, afectar, conmover, inquietar,
intranquilizar, desesperar, irritar, enfurecer, incomodar. Ese el poder que
tiene la Palabra de Dios, pronunciada a tiempo sobre los que han de recibir la salvación,
para provocar un cambio de vida que conduzca hacia la vida eterna.
Una historia similar, paralela,
repetitiva, ocurre hoy día, en la post-modernidad. Los post-modernos alegan que
todo les es lícito, en cambio el apóstol Pablo dijo, “Todo me es lícito, pero
no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” 1 Corintios 10:23.
Podemos hacer lo que queramos, eso dicen los hombres y mujeres de esta época
post-moderna, pero cuando lo confrontamos con la Palabra escrita, el Canon Sagrado,
nos damos cuenta que la escala de valores se ha ajustado a lo que cada quien
establece como correcto para su propia vida. Nada más fuera del contexto
bíblico, que esa presunción.
Cuando somos confrontados con la
Palabra, las Sagradas Escrituras, seguramente rechazamos la Verdad para
continuar con nuestros pensamientos, con nuestros caminos, con nuestras vidas.
Es en esos momentos en que nos convertimos en aquellos religiosos que se
mencionan en la Biblia y la Palabra nos “turba el alma”. ¡Qué bueno que nos “turba
el alma”! Eso quiere decir que somos redarguídos por el Poder que de ella mana. Ese Poder, hoy día, se conoce como el Espíritu Santo. Si bien es cierto
que Jesús vino al mundo como hombre, también es cierto que nos envió al
Consolador, el Espíritu Santo, para que nos redarguya en palabra y verdad.
¡Qué bueno que nos “turba el alma”! Porque
si nos dejamos “turbar”, para aliviar nuestra ansiedad, necesitaremos reconocer
que nuestros pensamientos y caminos no son mejores que los pensamientos y
caminos que Dios tiene para nosotros. Dice Jehová, “Porque mis pensamientos no
son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como
son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” Isaías 55:
8-9.
Así que amados hermanos y amigos, si
anda en los caminos de sus propios deseos y es “turbada su alma”, analice por
dónde va y déjese guiar por el Camino correcto. Sólo así tendrá paz para su
alma.
¿No te he dicho que si crees verás la
gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!
En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©
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