HONESTIDAD Y BENDICIÓN
HONESTIDAD y BENDICIÓN
Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió. 1 Crónicas 4: 9 – 10
Ilustre, sinónimo de prestigioso, famoso, insigne, célebre, así fue reconocido Jabes, de la familia de Judá, entre todos sus hermanos. Este reconocimiento, fama y gloria, fue secundario a su honestidad y transparencia delante del Dios de los Ejércitos, Jehová. Una petición de la que todos al día de hoy hablamos.
Muchos quisiéramos ser como Jabes, la realidad es que honró a Jehová con todo lo que Él le dio; de no haber sido así, hoy día no sabríamos nada acerca de él, porque sus regalos estuvieron condicionados a su servicio a Jehová. Veamos, comenzando la oración al revés: ¡para que no me dañe! Él deseaba ser fiel a Jehová, en la totalidad de su vida; no se quería apartar de Él, ni a diestra ni, a siniestra. ¡Qué las tentaciones del mundo no le llevaran a apartarse de hacer la voluntad perfecta de Dios para su vida! ¡Qué difícil! Una petición honesta, de lo profundo de su corazón, conforme a su relación con Dios. Una petición que ha trascendido a través de los tiempos. ¡Wow!
En tercer lugar, “y me libraras de mal”, esto me recuerda la oración modelo que Jesús enseñó a sus discípulos: “Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”, Mateo 6: 13. Ciertamente, las tentaciones van acompañadas de resultados nefastos para nuestras vidas y las de aquellos cercanos a nosotros quienes sufren las consecuencias de nuestros errores, nuestros desvaríos, nuestros pecados, cuando nos dejamos vencer por ellas. Otras traducciones dicen: “no nos dejes caer en la tentación”, porque las tentaciones SIEMPRE, van a asediarnos; lo importante es huir de ellas y no mirarlas la segunda vez.
En segundo lugar, “y ensancharas mi territorio”, las tierras eran importantes, al igual que lo son hoy en día. Tierras era sinónimo de riquezas. Espacio para plantar, cultivar, época agraria, sostén de la familia y sirvientes; riquezas, respeto ante la sociedad.
En primer lugar, “si me dieras bendición”, era lo único que pedía. Una bendición que cubriera todos los aspectos de su vida, como ya lo hemos visto. Una bendición de Jehová. ¿Qué es una bendición? La bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, implica salud, provisión y felicidad en la persona que recibe los buenos deseos de nuestra parte.
Si pedimos a Dios su bendición para nuestras vidas, así como le pedimos la bendición a nuestros padres terrenales, Él nos bendecirá en todo tiempo y en él haremos proezas.
¡Qué Jehová Dios de los Ejércitos y de la Tierra, te bendiga rica y abundantemente, hoy, mañana y hasta la eternidad!
¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!
En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©
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