PRESUMIDO...
PRESUMIDO
“Entonces Adonías, hijo de Haguit se rebeló, diciendo: Yo reinaré. Y se hizo de carros y de gente de a caballo y de cincuenta hombres que corriesen delante de él. Y su padre nunca le había entristecido en todos sus días con decirle: ¿Por qué haces así?”, 1 Reyes 1: 5 – 6ª.
Presumido y engreído, era Adonías, el hijo del rey David. David era viejo y estaba encamado y no había cedido su trono a nadie, aun. Tal vez ni pensaba en eso, pero el pueblo necesitaba ver a un rey activo diariamente delante de ellos. Adonías, entendiendo eso y viendo la incapacidad de su padre de presentarse frente al pueblo, se autodenominó rey a escondidas de él. Al parecer, Adonías al igual que Absalón y Amnóm, eran niños consentidos de su padre. ¡Qué error! El ser demasiado laxo, condescendiente, complaciente, con nuestros hijos puede ser un gran lastre en sus vidas, más aún puede costarles el vivir muchas decepciones y frustraciones en general. Proverbios 3: 11, “Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere”, es un consejo que todo padre debe tomar en cuenta. Si amas a tu hijo, disciplínalo. Te evitarás amargura de alma y el desprecio de los que te rodean. Además, formarás su carácter en un hombre o mujer de bien. En el caso del rey David, la condescendencia con sus hijos le costó la muerte de dos de ellos (Amnón y Absalón), la violación incestuosa de una de sus hijas (Tamar), y la soberbia y prepotencia de dos de ellos, Absalón y Adonías, quienes pretendieron usurpar el trono de su padre, rebelándose contra él.
Por otro lado, la presunción de Adonías fue la ignición en la toma de decisiones del rey. El haberse lanzado como rey, por decisión propia y convidado a su casa los líderes del pueblo fue la jugada que le costó el juego. El Rey no había decidido quién sería su sucesor. Él le había hecho una promesa a Betsabé, que Salomón reinaría en su lugar. El no haber actuado a tiempo le estaba costando la vergüenza delante del pueblo quienes estaban confundidos con la actitud del autoproclamado rey. El consejo a tiempo del gabinete de todos sus grandes, fue la solución a tal subversión, 1 Reyes 1: 8 – 53. Salomón fue proclamado Rey y anunciado a todo el pueblo, quienes celebraron con gran alboroto, tan grande que se oyó en la casa de Adonías. Cuando se supo acerca de la proclamación del nuevo rey todos los que celebraban abandonaron a Adonías, quien muy lleno de temor se asió de los cuernos del altar buscando la misericordia del rey a quien quería usurpar su trono, su propio hermano. Para vergüenza suya, por su presunción se tuvo que humillar delante del rey Salomón quien le perdonó y le dijo: “VETE A TU CASA”. El ser presumido, prepotente y altanero le llevó a la humillación y vergüenza total delante del pueblo por todas las generaciones.
Hermanos amados, el que tu creas poseer todas las cualidades para estar en una posición no te hace merecedor de la misma. Tú no determinas una posición, Dios es quien escoge, llama y capacita, reparte y ubica a quienes quiere dónde él sabe es lo mejor para uno mismo y los demás. Sé paciente y no entres en una contienda por una posición que no te pertenece, no es tuya, espera. Ser presumido te llevará a ser rebelde y la rebeldía acarrea consigo discordia, vergüenza y humillación. ¡Dios sabe lo que es mejor!
Espera en oración porque en su tiempo Dios te honrará delante de los hombres. ¡Paz!
¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!
En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©
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