DIOS NO TIENE DOS PALABRAS

Dios No Tiene Dos Palabras

“Porque así me está ordenado por palabra de Jehová diciendo: No comas, ni bebas agua, ni regreses por el camino que fueres”.  1 Reyes 13: 9

¡Que tú sí sea sí y tú no sea no!

¡Dios le dijo que no!  Así le fue dicho al profeta que fue a llevar el mensaje que Dios le había dado a Jeroboam.  Jeroboam, transgredió el pacto que Dios había hecho el rey David. Construyó altares a los baales al igual que su antecesor, Salomón.  Y Dios no lo iba a soportar, así que le envió un profeta a comunicarle su decisión.

Dios le había dado instrucciones específicas al profeta. Debía llevar el mensaje al rey y luego regresar a su casa por otro camino, y no debía comer, ni beber nada de lo que había en aquel lugar. Mas él no obedeció.
El profeta tenía hambre. Había caminado un largo trecho hasta llegar a aquel lugar. Una vez allí le dio el controversial mensaje al rey, quién se levantó contra el profeta para asesinarlo. En ese mismo instante Dios secó la mano que el rey había levantado contra su mensajero. Inmediatamente se cumple la señal que Dios había dado como confirmación de la veracidad de ese mensaje.  Al rey no le quedó de otra que aceptar el mensaje de parte de Dios y pedir la sanidad de su brazo. Y cuando el profeta hubo orado por él, entonces su brazo fue sanado. El Rey, sabiendo que el hombre debía tener hambre le ofreció estadía y alimento, mas el profeta no aceptó, porque sabía debía obedecer a Dios antes que a los hombres. Así mismo procedió su camino por otra ruta, de acuerdo a como el Señor le había ordenado.

El enemigo, el envidioso, el mentiroso, quería sacar partido del profeta e indignado porque Dios no lo había usado a él, le tendió una trampa al profeta de Dios. Allí se le apareció con engaños y mentiras  y lo convenció de que Dios había cambiado de opinión y le hizo regresar por el camino por donde había venido y le hizo tomar alimentos a la mesa del lugar en que Dios ya le había prohibido. Él sabía las instrucciones y sabía que Dios no cambiaría de opinión, pero la explicación tan convincente de parte de ese profeta mentiroso, el hambre y el cansancio, le llevaron a claudicar entre dos pensamientos, lo que le condujo a la muerte por su desobediencia.

Verás, es que Dios no tiene dos palabras. Su sí es sí y su no es no. No inventes. No negocies con él. Dios no puede ser burlado. No es hombre ni hijo de hombre, para que mienta o se arrepienta. Dios es Dios. Si te envió a hacer algo, hazlo, no temas, Él te respaldará. Pero si obedeces en lo difícil, sé obediente en lo sencillo. Llegará el momento de sentarte, descansar y alimentar tu cuerpo sabiendo que el producto de tu obediencia traerá paz y bendición para tu vida.

¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!

En el amor de Jesús,

Maribel Román Santiago©


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