Tu nombre puede ser cambiado


Maribel Román Santiago, Ph.D.©
Niagara Falls, Ontario Canada

Tu nombre puede ser cambiado


“Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín”.  Génesis 35: 18


Benoni, hijo de mi tristeza, exclamó Rebeca antes de morir. Una vida por la otra. Nació un hijo, muriendo una madre. En medio de aquella penumbra, y exhalando dolor le dio un nombre que traería tristeza toda su vida. Un nombre que lo marcaría para toda su vida, una de tristeza. Pero su amante padre, previendo el futuro de su hijo y con el sincero deseo de alterar aquella “maldición”, le cambió su nombre a Benjamín, “hijo que tendrá éxito”. Es que los padres ejercemos autoridad sobre nuestros hijos con nuestras palabras. Palabras para maldición o palabras para bendición.


A través de las Sagradas Escrituras podemos ver cómo los patriarcas derramaron bendición y maldición sobre sus hijos. Sus palabras fueron clave en las vidas y los futuros de sus hijos. Abraham bendijo a Isaac con mayor bendición, mientras que a Ismael lo relegó al desierto. Isaac a su vez, bendijo a Jacob, mientras que a Esaú lo dejó bajo la sombra de su hermano Jacob, quien vendría a convertirse en Israel. Jacob bendijo a 10 de sus hijos y a dos de sus nietos, los hijos de José, su hijo amado; no bendijo a aquellos dos hijos causantes del gran sufrimiento que vivió al creer a José muerto, devorado por las fieras del campo. Así mismo los nombres de los patriarcas y sus hijos estaban cargados de significados que afectarían sus vidas.


La vida de Jacob fue cambiada drásticamente, cuando luchó con el Ángel. El Ángel sabía que llevando el nombre de  “Usurpador”, Jacob no podría ser Padre de Naciones y por eso se lo cambió antes de bendecirlo. En ese momento, la maldición de ser un mentiroso y usurpador quedaría rota. Aunque luego le mintiera a su hermano Esaú y tomara un rumbo distinto al que le dijo. Cuando cambia tu nombre, tu actitud debe cambiar. Tienes que poner de tu parte. Si antes eras un mendigo espiritual hoy debes ser un príncipe o princesa del Reino. Compórtate como tal.


¡Aspira a las alturas! Allí se encuentran las bendiciones de Dios. Él te llamó, te predestinó para tus alturas. Te puso nombre nuevo. Mío eres, te dijo el Señor (Isaías 43:1). Así le recuerda a Jacob, que Él fue el que le dio un nombre nuevo, “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”. ¡Qué hermosa Palabra!


Somos del Señor, pueblo de Israel. Somos del Señor, Israel espiritual. No temas, “Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable y yo te amé” Isaías 43: 4.


Así que amados padres y madres, derramemos bendiciones sobre nuestros hijos y declaremos Victoria sobre sus vidas desde sus nacimientos. Seguramente, nuestras palabras tocarán el corazón de Dios y todo obrará para el bienestar de todos.


¡Dios te bendiga rica y abundantísmamente! Recuerda,! No temas, Cree solamente!


En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©


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