Own it!



Maribel Román Santiago, Ph.D. ©
Pescadería Palmas del Mar, Humacao Puerto Rico

Own it!

Zacarías 7: 3b-4, 3b¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años? 4 Vino, pues, a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? 

En ocasiones o en un sinnúmero de ocasiones le reclamamos a Jehová por las cosas que nos suceden y no asumimos nuestra responsabilidad ante estas. Es más fácil echarle la culpa a Dios. Pero déjame decirte, Dios no es el culpable. Podrías decir que has orado, ayunado, trabajado en la obra y muchas otras cosas más para justificar el hecho de que “Dios no me oye” o, “Dios es el culpable”, “Dios permitió esto”, y otras frases que ya conoces y con las cuales te apoyas para no aceptar que estás en dónde estás porque te lo buscaste solito o solita. Y déjame decirte que Dios no tiene nada que ver con eso. Fueron tus decisiones las que te llevaron al lugar en donde estás o en donde has estado. Dios no fue. 

Verás, cuando usas como excusa a Dios, crees que siempre estás bien y que alguien más carga la responsabilidad completa por los resultados en tus relaciones o situaciones. Nada más lejos de la realidad. Tú eres el único responsable de lo que te ocurre, porque tú tomaste tus decisiones y “consultaste” a Jehová por protocolo y sin esperar te lanzaste al ruedo en dónde estaba la acción que querías tomar. Ahora te corresponde poseer las consecuencias de tus decisiones. Y no hablo de oído. Hablo por experiencia propia. 

Ves, es que cuando oramos o ayunamos tenemos que hacerlo para el Señor y punto. La oración y el ayuno son las herramientas que debemos usar para acercarnos a Dios y provocar una relación con Él. La oración y el ayuno no son herramientas de protocolo, de cultura, de costumbre para cumplir con propósitos religiosos y luego adjudicarle a Jehová Dios de los ejércitos las consecuencias de nuestras malas decisiones. 

Own it!” Hágase responsable de sus decisiones y deje de estar echándole la culpa a Dios o alguien más por sus fracasos. 

Si no quieres fracasar haz las cosas bien desde un principio. 

Ora a Jehová antes de actuar, antes de tomar decisiones. 

Espera en Jehová, espera su respuesta porque Él te la va a revelar. 

Acepta la respuesta de Dios y no tergiverses sus silencios a tu favor.

La oración y el ayuno que hagas, que sean para Jehová y no para ti, o para decirte a ti mismo y a los demás que oraste y ayunaste y que Dios te hizo esto. 

Asegúrate de que cuando ores no lo hagas como lo hizo el pueblo de Dios por setenta años mientras estaban exiliados, así como nos revela el profeta Zacarías en el año 518 a.C. en su libro Zacarías 7:3b-4, 3b¿Lloraremos en el mes quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos años? 4 Vino, pues, a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? 

Así que tú, ¿para quién ayunas u oras, para ti o para Jehová? Piensa bien y deja de echarle la culpa a los demás por los resultados de las decisiones en tu vida. Dios no es el culpable y nunca lo será. Tú eres el único responsable. Own it!


¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? No temas. Cree solamente.
En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©



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