LA SOLEDAD DEL LÍDER©


La Soledad del Líder

“Entonces les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.” Mateo 26:38
Jesús, el líder, había llegado al Huerto del Getsemaní en donde en pocas horas sería entregado por su “amigo” Judas Iscariote, uno de los doce discípulos. Anduvieron juntos día y noche, Jesús y sus doce discípulos. Vieron grandes señales, milagros, prodigios, portentos tanto como espectadores así como protagonistas. Velaban sus sueños mutuamente. Eran amigos de Jesús. Mas la única vez que Jesús les pide que permanezcan despiertos, acompañándolo durante el momento más crucial y doloroso de su vida, ninguno veló con él, todos se durmieron incluyendo a Pedro, Juan y Jacobo, sus mejores amigos.
Es en el momento de la dura prueba en que el verdadero líder se siente y está totalmente solo. Verás, el líder acompaña, da consejos, llora y ríe con todos, es amigo para todos, pero en medio de su dolor nadie es su amigo. Las personas le ven tan fuerte y como fuente de protección que olvidan el hecho de que es un ser humano igual a todos con sus mismas situaciones, dificultades, dolores. Nadie se acerca a consolar al líder, porque le ven fuerte e imaginan que dada su fortaleza no necesita un hombro para llorar, un corazón para escuchar… ¡Qué fuerte!
No, amados, estamos equivocados. Los líderes necesitan el apoyo de todos, los que tienen mayor cargo y de sus seguidores. El líder también llora, se entristece y sufre. El apóstol Pablo le dijo a Timoteo: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”, 1Timoteo 2: 3. Todos tenemos sufrimientos, situaciones, encrucijadas en la vida, eso es parte de todo ministerio, el líder sufre en soledad.
Jacob, estuvo solo, cuando luchó con el ángel de Jehová. Elías estuvo sólo en la sequía y cuando mató a los profetas de Baal y cuando huía de Jezabel. Moisés estuvo sólo en el desierto y cuando subía al Monte de Jehová y cuando enfrentaba al pueblo de Dios. José estuvo sólo en el pozo y en el calabozo y cuando lloró amargamente al encontrarse frente a frente a sus hermanos, los que le traicionaron a corta edad. Samuel tuvo que crecer sólo, lejos de su madre y su familia, como ofrenda a Dios y sólo estuvo cuando lloró amargamente por el rey Saúl. Jeremías, el profeta llorón, siempre sólo de cisterna en cisterna, de prisión en prisión. El apóstol Juan, desterrado y sólo en la isla de Patmos, cuando escribió el libro de Revelaciones. Y así podríamos enumerar a todos los líderes que menciona la Biblia, todos estuvieron solos en los momentos de duras pruebas en sus vidas.
La soledad del líder en momentos de duras pruebas, pule su vida llevándole a una intimidad más profunda con el Creador. Pero, es nuestra responsabilidad orar, apoyar y levantar las manos de aquellos que laboran en la obra del Creador. “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran,” Romanos 12: 15,  es una palabra para todos. ¡Dios te bendiga rica y abundantemente!

¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? ¡No temas, Cree solamente!
En el amor de Jesús,
Maribel Román Santiago©

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