Juan 11:40

LÁGRIMAS EN LA REDOMA “Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿no están ellas en tu libro?”  Salmo 56: 8b Lágrimas podrían ser nominadas como gesto de limpieza del alma, estallido de dolor, brote de júbilo o un mero reflejo de emociones… Lágrimas son la manifestación tangible, limpia y clara de una impresión fuerte que sacuda al ser humano. No, no son expresión de debilidad, más bien de humildad, sensibilidad y fortaleza. Son totalmente necesarias para liberar la tensión muscular y emocional que producen situaciones que podrían ser del diario vivir o extremas. La acumulación de emociones fuertes o inusuales de la vida, da paso a un cúmulo de contracciones musculares, conocidas como estrés y son mayormente batalladas con medicamentos recetados. Si tal vez usáramos más de las lágrimas como medio de liberación o escape de esas emociones, digo, solo tal vez, tendríamos menos necesidad de esos medicamentos y sus dañinas secuelas. El Rey y Salmista, David, lloró delante...

NO HAY DIOS “Dice el necio en su corazón: No hay Dios”.  Salmo 52: 1ª ¡No hay Dios! Podríamos filosofar así como hizo Nietzsche y alegar que Dios se murió, pero no es así. Primero, para alegar que Dios está muerto, tiene que haber estado vivo. Por lo que Nietzsche se equivocó al hacerse superior a su Creador. Segundo, dice la Biblia, Palabra inspirada por Dios, en el segundo y tercer versículo: “Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido que buscara a Dios. Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; no hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno”.  Le llaman postmodernismo, cada cual establece las reglas de su propio juego; todo es lícito. No hay Dios, es una buena excusa para hacer todo lo que se quiere sin temor alguno. Sobreabunda el pecado y nadie se siente pecador. “Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios”.  Todos pecaron. Todos seremos juzgados queramos o no. E...

VE AL MONTE DE DIOS “Se levantó, pues y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche”. 1 Reyes 19: 8 – 9ª Elías se escondió en el monte de Dios. Había vencido 450 profetas de Baal. Estaba agotado, totalmente exhausto. Entonces aparece Jezabel, botando humo por las narices y ensañada contra aquel viejo profeta del Altísimo. Con todo este agotamiento que tenía Elías, se levantó y se fue para salvar su vida de aquella terrible y déspota mujer. Deseó morirse y así se lo pidió a Jehová. El viejo había trabajado para el Señor y ya anhelaba estar en su presencia. De agotamiento se quedó dormido hasta que un ángel le despertó y dio comida. Pero el agotamiento físico y espiritual, le hicieron caer dormido nuevamente. Una segunda vez el ángel le vuelve a despertar y dar comida mientras le explicaba que su trabajo aun no terminaba, faltaban metas por alcanzar, “largo cami...