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Mostrando las entradas de diciembre, 2011

CAUSA Y EFECTO

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CAUSA Y EFECTO… “Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; mas si le dejareis, él también os dejará… En aquellos tiempos no hubo paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino muchas aflicciones sobre todos los habitantes delas tierras”.  2 Crónicas 15: 2b, 5 Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma… Todos los de Judá se alegraron de este juramento; porque de todo su corazón lo juraban y de toda su voluntad lo buscaban, y fue hallado de ellos; y Jehová les dio paz por todas partes”.  2 Crónicas 15: 12, 15 No había paz.  Y no la había como el efecto de haberse apartado de Jehová.  A ver, un pueblo tan bendecido, cuyos ancestros habían: visto las diez plagas, cruzado el Mar Rojo dividido en dos, caminado por el desierto, comido maná del cielo y codornices hasta hastiarse, tomado agua que brotaba de los lugares menos posible, caminado acompañados de una columna de n...

SEMBRADORES

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SEMBRADORES “He aquí el sembrador salió a sembrar”.  Mateo 13:3b Somos sembradores.  El sembrador sale con la intención de sembrar las semillas en un lugar específico.  Mientras camina, algunas semillas van cayendo de sus manos.  Caen por el camino y ni siquiera el sembrador se da cuenta de su pérdida, cuando las semillas son lo suficiente pequeñas.  De acuerdo con la parábola del sembrador, algunas semillas caen junto al camino, porque por ahí va pasando el sembrador.  Otras caen entre las piedras que hay junto al camino, porque siguen rebotando hasta salir del camino.  Otras caen entre los espinos, porque no todo el camino es bueno, hay lugares del camino que son bastante malos, pero el sembrador debe pasar por allí para llegar al lugar designado para sembrar con toda intención sus semillas, porque en aquel lugar, ya preparado, seguramente germinarán y darán mucho fruto.  Esta es la verdadera intención del sembrador, que sus semillas llev...

QUITA LA PIEDRA

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QUITA LA PIEDRA “Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro.  Era una cueva y tenía una piedra puesta encima.  Dijo Jesús: Quitad la piedra.  Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.  Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?  Juan 11: 38 - 40 “Quitad la piedra”, dijo Jesús, cuando estaba parado frente a la tumba de Lázaro, su amigo amado.  Quitar la piedra significaba remover el obstáculo que se interponía entre Jesús y el difunto Lázaro.  Pero, Jesús no veía un muerto.  Jesús veía a su amigo, con quien en breves minutos volvería a compartir, tomarse una tacita de café, o comerse un emparedado.  Él veía lo que nadie más podía ver.  Aún Marta, a quien Jesús había corregido porque siempre estaba afanada, se interpuso entre Lázaro y su milagro.  El milagro no era necesariamente para Lázaro, quien ya estaba descansando en el seno de Abraham...